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El Hôtel Mont-Blanc de Megève, idealmente situado en el corazón del pueblo, presenta una decoración nueva e inmaculada, con muebles de los años 50 y 60. El grupo Sibuet ha abierto las puertas de este establecimiento cargado de historia, combinando una tradición alpina perfectamente asentada con una renovación moderna.

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El nombre de Megève invita a soñar, evoca un arte de vivir único en los Alpes franceses. Una maravillosa mezcla de autenticidad, lujo y bienestar. Situado en el corazón del pueblo y de su bullicio, cerca de todas las comodidades después de un buen día de deportes de invierno, es en este marco idílico donde el Hôtel Mont-Blanc acaba de renovarse y renacer. La familia Sibuet y François Dumas han sabido combinar las líneas puras y distintivas de los años 50 y 60 con el mundo de la madera antigua existente para esta nueva decoración, en la que el blanco es una elección obvia. Una maravillosa mezcla de suavidad y elegancia que resuena perfectamente con el nombre del hotel. Muebles de Guillerme y Chambron, iluminación de época al estilo de los años sesenta y una fina colección de cerámicas de Vallauris son algunas de las piezas de artista seleccionadas para el vestíbulo. No faltarán asientos para el aperitivo, tan apreciado por la clientela esteta del pueblo, ni para el bar de champán Georges, donde podrá degustar las mejores añadas de las casas Perrier-Jouët, Ruinart y Taittinger. Y para acompañar estas prestigiosas botellas, vuelve el "banc d'écailler" y una selección de ostras y mariscos única en Megève. Este año, en los salones del hotel se podrá degustar a cualquier hora del día un menú de sabrosos aperitivos directamente de L'Épicerie des Fermes: corazón de salmón ahumado, foie gras casero y Brillat-Savarin trufado son algunos de los tentempiés que se podrán saborear.

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El restaurante Le Relais ofrece una cocina sabrosa, chic y moderna en un marco inspirado en los años 50. Es el recuerdo feliz de unos "happy few" donde escritores, artistas y famosos se reúnen discretamente... o no...

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En cuanto al alojamiento, el hotel dispone de 38 habitaciones y suites lujosas, generosas y acogedoras. La decoración tradicional de los Alpes de Alta Saboya permite disfrutar de una estancia inolvidable. Algunas habitaciones disponen de balcón o terraza con impresionantes vistas a la plaza del pueblo y a su famoso campanario. Como guinda del pastel de la felicidad y el bienestar, el Mont-Blanc cuenta con un spa Pure Altitude que utiliza los beneficios protectores y calmantes de las plantas, flores y minerales de montaña.

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