Para saborear las maravillas de los Alpes, basta con atravesar las puertas del Mont Blanc en el centro de Megève.
En un marco elegante y acogedor, podrá degustar una cocina tradicional de montaña, magníficamente elaborada, dondeItalia, Saboya y Suiza se dan cita en el plato, como en las antiguas posadas.
Absolutamente irresistible, la épogne de Saboya trufada, la carrillera de ternera estofada durante 8 horas con Mondeuse d'Arbin o la fondue suiza "mitad y mitad"... Los postres son igual de adictivos: tartelette de arándanos, melocotón melba con verbena, mousse de chocolate Grand Cru tan dulce como un recuerdo de infancia. ¡Descubra el auténtico sabor de los Alpes!